En Michoacán, muy cerca del territorio de la mariposa Monarca, se
encuentra Ciudad Hidalgo,
cabecera municipal y núcleo económico de la región. Se localiza a 102 km, de la
capital del Estado y a 47 de Zitácuaro.
El origen de los primeros pobladores se
remonta a épocas prehispánicas. Los antiguos bosques de Taximaroa, "Lugar de carpinteros" en el oriente michoacano han sido
testigos milenarios del tránsito de distintas culturas; desde pueblos
Chichimecas y Toltecas que transitaron y explotaron la región, hasta el
asentamiento de la cultura Purépecha quiénes establecieron y defendieron los
límites de su imperio, el único que no lograron dominar otros pueblos, incluidos
los Aztecas.
Llegó a ser una importante ciudad satélite de la cultura Purépecha y dio origen a lo que hoy conocemos como la cabecera municipal. La región, destaca por sus recursos naturales, su cultura y la gente que transforma los elementos y les da vida con sus manos. Actualmente es el epicentro comercial más concurrido de la zona. Cuenta con una importante actividad agrícola y ganadera. La industria forestal está ampliamente desarrollada en sus distintas vertientes, desde la producción forestal, hasta la elaboración de productos y muebles con calidad de exportación.
La comarca cuenta con diversos atractivos turísticos naturales entre las que destacan las presas de Sabaneta, Mata de Pinos y Pucuato se localizan al sur de la ciudad (a 10, 30 y 32 km, respectivamente). Dando forma y vida, al llamado: "corredor turístico", conformado por un recorrido en carretera entre dichas presas. Además muy cerca también se encuentra la zona geotérmica de los Azufres, explotada por la CFE y que abastece de energía eléctrica a gran parte del estado.
Las presas son atractivos remansos de agua cristalina en medio del bosque. Dichos parajes son ideales para actividades al aire libre como la pesca, el senderismo,el paseo en lancha o kayak, el campismo o el simple goce se sus esplendorosos paisajes poblados de pinos y oyameles ancestrales. Es un lugar ideal para los amantes de los deportes extremos y el eco turismo.
Además de asistir a los fabulosos paisajes
que nos ofrecen las presas, también tuvimos la oportunidad de visitar algunos
de los templos de la ciudad y quedamos maravillados a ver el contraste del paso
del tiempo. Comenzamos el recorrido por el templo y convento de San José que
data del siglo XVI, construido en piedra por los frailes Franciscanos. Es de
destacar la magnífica cruz atrial con piedras de obsidiana, en la que es
posible admirar la convivencia de culturas y creencias.
También pudimos
ver el templo de Nuestra
señora del Perpetuo Socorro, una construcción de estilo contemporáneo
diseñada por el Arq. Carlos Mijares en la década de los años sesenta. Está
edificada en ladrillo rojo sin recubrimiento y madera, materiales utilizados en
la región. Tiene un diseño único, con una estética definida, así como criterios
de funcionalidad que lo hacen aún más admirable.
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